Los desastres sociales registrados en la historia de Bolivia nos han enseñado que el descontento social requiere respuestas inmediatas y a la altura de las demandas plateadas por las personas que se movilizan en las calles.

Sin ir muy lejos en las páginas de la historia de nuestro país, recordemos la evolución del conflicto en las jornadas del mes de octubre del año 2003. El descontento social en esas jornadas comenzó con «el pedido de no exportar gas por puertos chilenos».

El entonces presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, en lugar de buscar el dialogo y la salida pacífica al planteamiento social, respondió sacando a las calles a los militares armados con sus equipos de guerra para neutralizar el descontento social.

Se registraron los primeros muertos en La Paz y El Alto, pese a la brutal represión militar instruido por Goni y su fiel escudero Carlos Sánchez Berzaín, el descontento social y la movilización en las calles estaban en constante crecimiento.

El aumento de los muertos y los heridos terminaría fue la línea roja que cambiando el destino de la historia de Bolivia. Los movilizados cambiaron el pedido de «no exportar gas por Chile» por «la renuncia del presidente Gonzalo Sanchez de Lozada» y esta última exigencia no tenía punto intermedio de negociación, ya sería irreversible e incontenible, como que Goni terminó huyendo el viernes 17 de octubre del 2003 con destino a Estados Unidos, dejando atrás 65 asesinados y más de 400 heridos, muchos de ellos perderían la vida meses después.

Los periodistas bolivianos creíamos que ese capítulo negro de la historia de Bolivia ya había sido aprendido, comprendido y entendido por los políticos de turno y sin embargo la realidad no esta demostrando todo lo contrario. A mi me queda claro que el presidente Evo Morales Ayma y su «cerco político», integrado por Álvaro García Linera, Carlos Romero, Alfredo Rada, Juan Ramón Quintana y otros, no han aprendido de la tragedia de muerte y luto que dejo la «masacre de Octubre Negro».

Hoy (27.10.2019) el presidente Evo Morales Ayma ha logrado dividir en dos al pueblo Boliviano. En aquellos que respaldan su candidatura anticonstitucional por cuarta vez consecutiva a la Presidencia, aspiración prohibida por el artículo 168 de la Constitución Política del Estado y en el bloque se manifiesta con violencia en las calles, convoca a cabildos con el fin de hacer respetar su voto emitido el 20 de octubre de 2019.

En conferencia de prensa del miércoles 23 de octubre del 2019, Evo Morales Ayma, fue el primero en revivir el sentimiento racista en Bolivia, frente al creciente descontento en la calles bolivianas, sobre todo jóvenes, que salieron a marchar pidiendo el respeto a su voto y rechazando las acciones irregulares del Tribunal Supremo Electoral.

«Entiendo la desesperación de la derecha boliviana que no quiere reconocer el voto indígena, como en el pasado que nunca han reconocido», dijo Evo Morales Ayma en esa conferencia de prensa. Esta palabras de Evo Morales Ayma serían la detonante para que sus seguidores, sobre todo los del área rural altiplánica se sintieran aludidos.

Contrariamente a lo que esperaba Evo Morales y compañía, la respuesta y los discurso en las áreas urbanas, fue de tolerancia, respeto a las manifestaciones y marchas anunciadas por compatriotas bolivianos del área rural. Como verán, en estas manifestaciones entre urbanos y rurales, el objetivo de Evo Morales Ayma, la de dividir a los bolivianos, se estaba cumpliendo, Evo estaba logrando su objetivo.

A mi como periodistas que estuvo en cobertura periodista en esos días de octubre negro, no me queda duda de que Evo Morales Ayma es un político que es capaz de impulsar el racismo y la confrontación con único interés personal de no perder sus privilegios de presidente.

Para Evo, hoy es como una droga insustituible su avión, su helicóptero, tener funcionarios que le «rindan pleitesía», los «vivas» con su nombre, sus viajes, su ropa, vehículos, seguridad personal y otros privilegios personales, que me voy abstener de mencionarlos en este artículo, pero que las personas que forman su «cerco personal» lo saben muy bien.

Este artículo titula «Aún estamos a tiempo», porque precisamente eso es lo que ocurre en Bolivia, pese a la gran y creciente convulsión social en la que ha terminado la última semana, post elecciones generales, «aún estamos a tiempo», de que no ocurra un desastre social con muertos y heridos, como ha pasado en el mes de octubre del 2003.

Presidente Evo Morales Ayma, «aún estamos a tiempo», por favor bájese de su caballo de Troya y haga empatía con los bolivianos que marchas y protestas en las calles, usted sabe muy bien de esas ligas, recuerde que usted a lo largo de sus 13 años de gobierno ya acumulado un número de personas fallecidas en conflictos sociales, ¿no sé sí esta dispuesto a elevar ese número de bolivianos fallecidos? sobre su cabeza.

«Aún estamos a tiempo» de un dialogo sincero para pactar una «salida política» al problema de las eleciones generales generado por ustedes y por las acciones irresponsables del Tribunal Supremo Electoral, dirigidos por la señora Maria Eugenia Choque.

Este periodista no quiere asistir a esas jornadas negras de octubre del año 2003 y mucho menos al recuento de los daños, tras el paso del viernes 17 de octubre del mismo 2003.

Señor presidente Evo Morales Ayma, hoy 27 de octubre de 2019, ya es tiempo de no escuchar a los «lineras», «quintanas» o los «romeros»; para retorna al pueblo, pisando tierra firma, como cuando sus ideales de cocalero marchista o diputados solitario.

Yo puedo percibir que, sí usted sigue escalando en la creciente descontento social, tenga por seguro que terminará mal, como le ocurrió a Goni y es mi responsabilidad alertar ante esa realidad. Alentar el racismo como un discurso indigenistas no es la solución, esa acción suya no sumar votos a su favor, esa acción suya solo va traer derramamiento de sangres. «Aún estamos a tiempo» de que no se derrame sangres boliviana.

Presidente Evo Morales, tome en cuenta, lo ocurrido en los días de octubre del año 2003. Recuerde que esa convulsión social terminó descontrolándose con el primer muerto, hasta la caída del tirano de Gonzalo Sánchez de Lozada. Recuerde que los bolivianos no han olvidad la burla al voto ciudadano emitido en el 21F. Los bolivianos no han olvidado el 21F y no lo van a olvidar y eso debería quedar claro para sus cinco sentidos.

EVO… «AÚN ESTAMOS A TIEMPO!!!»