Hace algunos días una colega me contacta desde el extranjero vía internet para realizar un sondeo, entre las cosa que me pregunta es precisamente la situación de la prensa en Bolivia. Mi respuesta fue inmediata, con una sola palabra: censura.
Desde antes del Facebook, yo estoy en el internet, antes fue el messenger de Hotmail. Entonces las expresiones mías y de muchos colegas periodistas eran libres, porque no había Ley 045 y todos sabíamos los delitos que no se puede cometer en el ejercicio de la profesión del periodismo.
Pero hoy la situación ha cambiado, percibo temor, censura y lo que es peor, autocensura. De rato en rato veo algunas publicaciones de algunos colegas periodistas en Facebook y siento un aire de censura o el no quererse meter en los temas coyunturales, que antes nos convocaban. Yo sé lo que está detrás de esta situación…el mantenerse en el cargo, no perder el empleo, por las obligaciones en casa, etc.
Pero esto empezó el año 2003, cuando la población movilizada, el tumulto, te obligaba a sacarte la corbata en plena vía pública de La Paz. Antes de ese evento había censura, los ministros, directores llamaban a tu jefe de prensa para protestar sobre las publicaciones o trabajos de investigación que se realizaban, pero no tan frontal como hoy.
Nunca pensé que, cuando pregunté a una autoridad de gobierno, allá por el 2006, sobre una posible reunión que tendría con la mandataria chilena Michelle Bachelet, sobre el tema del Mar, su respuesta, «usted parece agente de la CIA», sería la constante hasta nuestros días.
Censura, censura y más censura, ¿cuando estalla la tolerancia?, ¿cuándo estalla el sometimiento?, dicen que ‘no hay mal que dure cien años’ y eso es cierto, sino sólo hay que recordar lo ocurrido en La Paz y El Alto, en el mes de octubres e del 2003.
Hoy, 10 de mayo de 2018, ¿hay algo que celebra?, pues si, estamos vivos, pero no me hablen sobre la «libertad de prensa».
¿Esperamos mejores días en el periodismo?, claro que si, no como en la actualidad, como cuando vas a Plaza Murillo para hacer entrevistas y te encuentras con periodista que ya no pregunta, asumen como cierta la versión de los políticos de turno, casi nadie réplica la versión el entrevistado con un «¿tiene pruebas?» .
Ya no queremos ser testigos de las respuestas intimidatorias hasta a los gritos de las políticas, que por muy Presidentas que sean, tienen la obligación de responder a las consultas de los periodistas, porque la información que puedan dar a los periodistas, no es es para él, sino para difundirla a la población por los medios de comunicación donde tienen un contrato.
No duden que esperamos mejores días, el cambio no vendrá del cielo o fuera de las fronteras, el cambio surgirá de todos nosotros mismo y debemos trabajarlo 24/7, con ética, compromiso y pasión en el ejercicio de profesional de ‘el ser periodista’ en los tiempos del «Proceso de Cambio».
Javier Alanoca
Periodista.
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