Tras casi 12 años de ausencia, el Gobierno del presidente norteamericano, Donald Trump, ha determinado enviar a Bolivia a un nuevo embajador para restablecer las relaciones diplomáticas con nuestro país.

El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos del Gobierno de Estados Unidos, David Hale, anunció que su Gobierno ha decidido enviar un nuevo embajador a Bolivia, con el propósito de avanzar en las gestiones para restaurar la relación bilateral normal entre ambas naciones.

Hale, quien visitó Bolivia el martes para sostener una reunión con la presidenta boliviana, Jeanine Añez, realizó este anunció mediante una declaración registrada en video difundida en las redes sociales.

«Como siguiente paso, Estados Unidos enviará nuevamente un embajador a La Paz para continuar con estas conversaciones y restaurar relaciones normales entre nuestros pueblos», aseveró Hale.

En esa declaración, Hale también expresó su reconocimiento a los esfuerzos que realiza Áñez, junto con el Tribunal Supremo Electoral (TSE) «en preparar el camino para el futuro gobierno y sus líderes, gane quien gane».

Asimismo, afirmó que su país «tiene una profunda admiración por el pueblo de Bolivia, por su cultura y sus logros por actuar valientemente por defender su democracia», en alusión a las movilizaciones sociales desarrollaras en los meses de octubre y noviembre de 2019.

«Su voz fue escuchada por todo el mundo», aseguró el funcionario norteamericano, quien ve a Bolivia con una «oportunidad para construir fundamentos para una estable, segura y prospera democracia», dijo.

Hace 12 años, concretamente el 10 de septiembre del 2008, el presidente Evo Morales ordenó la expulsión del entonces embajador de Estados Unidos Philip Goldberg. Desde entonces, solo encargados de negocios representaron a las delegaciones de ambos países.

Ese día de 2008, en un evento en el que se lanzaba un plan de empleos, Morales hizo el anuncio: “sin miedo a nadie, sin miedo al imperio, hoy, delante del pueblo boliviano, declaro al señor Goldberg persona no grata”, dijo, tras acusarlo de injerencia.

Luego añadió: “no queremos gente separatista ni divisionista, ni que conspire contra la unidad. No queremos personas que atenten contra la democracia”.

La decisión habían surgido en el ínterin de las movilizaciones de bloques opositores de la denominada “media luna” conformada por cívicos y políticos de Santa Cruz, Beni, Pando, Chuquisaca y Tarija, que demandaban autonomía.

Desde entonces, Bolivia y Estados Unidos no tienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores debido a que la Casa Blanca también retiró al representante boliviano Gustavo Guzmán.

Aunque se han producido acercamientos entre La Paz y Washington y se logró un acuerdo marco de entendimiento e inclusive se habló de una cita entre Morales y el entonces presidente Barack Obama, que no se concretó.

Hasta su renuncia, basado en su ideología recalcitrante, Evo Morales se ha mostrado muy crítico con las medidas de Donald Trump y ha pedido al actual encargado de Negocios, Bruce Williamson, que no cometa injerencia, un extremo que ha descartado el enviado de la Casa Blanca.

Desde la llegada de la presidenta Jeanine Áñez a Palacio Quemado, la perspectiva en el relacionamiento diplomático internacional de Bolivia ha tendido al cambio.

Las gestiones encabezadas por la Canciller Karen Longaric y el secretario personal de la Mandataria, Erick Foronda, han arrojado sus resultados hasta hoy: Estados Unidos ha determinado enviar a Bolivia a su nueva embajador para restablecer las relaciones diplomáticas a nivel de embajadores.