Después de una década de trabajo, el Gobierno de Mauricio Macri determinó suspender la construcción del Gasoducto del Nordeste, para el transporte de gas boliviano.
La crisis económica que enfrenta Argentina y el hallazgo de Vaca Muerta, en 2011, el segundo yacimiento de hidrocarburos no convencionales (Shale gas) con más recursos de gas del planeta terminó marginando el proyecto de importación de gas bolivianos
El ministro de Energía argentino, Javier Iguacel, fue el encargado de anunciar esta determinación del gobierno de Macri.
Esta determinación de abortar el proyecto de tendido del gasoducto más ambicioso de la región, descarta a Bolivia como proveedora a futuro de los 26 millones de metros cúbicos diarios comprometidos en un contrato que vence en el 2026 y que algunos especialistas reivindican como «el más barato» de los importados, según consignal el portal argentino del Clarín.
El Gasoducto del Nordeste fue declarado de interés nacional por el decreto 267/07 emitido por el gobierno argentino, en el que se previó una inversión total de US$1.382.557.000 para 1.500 kilómetros de extensión. Pero sufrió una metamorfosis constante, con cambios realizados con procedimientos que no siempre honraron las formalidades exigidas por ley.
Ahora el gobierno argentino busca las alternativas de uso al gasoducto que ya fue instalado afín de que no quede como un «elefante blanco», sin ningún tipo de uso.
Por el otro lado la Argentina continua con las investigaciones a todas las irregularidades detectadas en la ejecución de este proyecto gasífero.
