“Soy de Huarina, yo soy Marcelina Fernández, he traído pescado, no sé cuántos platos saldrá, pero con tal que coman», dijo esta señora en el campamento de los daminificados del deslizamiento de la zona de Kantutani. Con este tipo de ejemplo, la solidaridad en nuestro país por las familias que perdieron todo, se patentizó en los últimos siete días.

La señora Marcelina está sentada cerca de la cancha Fígaro, apegada a la malla de acero del predio deportivo, en su aguayo están envueltas sus ollas con comida. Con afán sirve en platos desechables una porción de arroz, chuño, queso, choclo y pescado, la gente con curiosidad pregunta, “¿a cuánto está?”, a lo que responde, “es gratis, coman, coman”.

En menos de una hora las personas que viven en el campamento Inmaculada Concepción dieron fin al aporte de comida de la señora.

Es que las muestras de solidaridad de la ciudadanía paceña se multiplicaron exponencialmente en estos días. En una semana de emergencia se colectaron cientos de frazadas, colchones, comida, ropa, zapatos y otros aportes que hicieron llegar voluntarios, instituciones privadas, la Alcaldía de La Paz y otras instituciones del Estado.

La mañana de este martes, la empresa Embotelladoras Bolivianas Unidas (Embol) entregó un lote de 30.000 litros de agua que fueron acopiados en el campamento Kantutani, del puente Libertad.

Decenas de familias aún llegaban al campamento del puente Libertad con víveres, bajaban de sus coches particulares para recibir ayuda de efectivos militares. Similar acción se veía en la cancha Fígaro, en este lugar el depósito se encuentra bajo el tinglado de la cancha de cemento.

Los funcionarios de la Alcaldía registran el ingreso de ayuda en Kantutani, cientos se movilizaron esta mañana para el apoyo, se los veía ajetreados en la selección, clasificación de comida, además en el acopio, en el traslado y distribución de enseres.

Los vecinos que decidieron quedarse en este lugar descansaban en sus carpas o al aire libre, solo cuando llegó el Alcalde Luis Revilla se agruparon para recibir al burgomaestre, a la espera de novedades sobre la solución definitiva para sus viviendas.

En la zona del deslizamiento, equipos de la Alcaldía junto a maquinarias realizaban tareas de estabilización, mientras que algunos vecinos buscaban entre los escombros algo de sus enseres. Con mucha esperanza, una señora remueve viejos tablones que están encima de bloques de concreto, “ojala pueda recuperar algo más”, manifiesta con expresión de cansancio.

Llegó la hora del almuerzo, en el campamento Kantutani se alistan los vivieres para cocinar en ollas comunes, ya están instaladas las cocinillas, la gente está involucrada en las tareas de los funcionarios municipales, a lado de la vía se observa a un grupo de técnicos que hacen la reinstalación de energía eléctrica para la zona.

En el campamento de la cancha Figaro se preparan 500 platos de sajta de pollo, decenas de cocineros de la empresa Bolivia Gourmet son responsables de dar la sazón al plato fuerte para los residentes de las carpas.

En una semana, la acción de la Municipalidad se sostuvo con el apoyo de la ciudadanía que aunó esfuerzo para salir de esta dificultad, no se escatimaron recursos, el mismo Alcalde Luis Revilla visitó con recurrencia los campamentos Kantutani, Inmaculada Concepción, en Emaverde y 14 de septiembre.

En la zona del deslizamiento se trabaja de manera continua para ejecutar un plan de estabilización. La avenida Kantutani, que se vio afectada, se alista para su reincorporación al plan de circulación vial. En tanto, con prioridad, el burgomaestre de La Paz coordina acciones con el Gobierno para dotar de viviendas sociales a los afectados. 

Nota elaborada por Alcaldía de La Paz.