El expresidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, aparece en un video relatando que su padre, José Luis Camacho Parada y el actual ministro de Defensa, Fernando López, se encargaron de acordar con los militares y los policías para que no salgan a las calles los días previos a la renuncia de Evo Morales Ayma.
El actual ministro de Defensa se lo ve en la foto de portada tomada el 6 de noviembre, en su arribó al Aeropuerto de El Alto, junto a Camacho. El relato hecho por Luis Fernando Camacho en el video parece ser la trama de un complot contra el entonces presidente Evo Morales.
“Y la historia fue tan hermosa en el transcurso de todo que fue mi padre que cerró con militares para que no salgan, fue por esa razón que la persona que fue justamente a hablar con todos ellos y coordinar todo fue Fernando López, actual ministro de Defensa y por eso está ministro para cumplir todos los compromisos”, relata Camacho en dicho video.
De ser cierta la versión de Fernando Camacho, estos encuentros con los militares y policía tendrían que haber ocurrido los últimos días del mes de octubre. Camacho lanzó su ultimátum la noche del sábado 2 de noviembre, dando un plazo de 48 horas a Evo Morales para que renuncie al cargo. La noche del lunes Camacho intentaría llegar a la ciudad de La Paz, sin éxito.
El ex dirigente cívico de Santa Cruz también dijo, que de la misma manera, su padre intervino ante la Policía Boliviana y cuando tuvieron la seguridad de que no iban a salir a las calles por lo que dieron el plazo de las 48 horas porque “ya sabíamos que Santa Cruz podía trasladarse a La Paz”.
“Con la Policía de la misma manera, fue mi padre. Cuando pudimos consolidar que ambos no iban a salir, fue que dimos las 48 horas (de plazo)”, aseveró Camacho, en dicho video que ya circula en redes sociales.
Una vez conseguido estos acuerdos con los militares y policías, sin especificar nombre de los mismo, Camacho relata que recién decidió viajar a la ciudad de La Paz, con el fin de llegar hasta el Palacio de Evo Morales con su carta de renuncia, para que él lo firmara.
“Era ahí (ciudad de La Paz) donde iba a pasar el problema, aquí (en Santa Cruz) no iba a pasar nada, iba a mirar del balcón. Yo creo que ese fue el momento más duro que pasamos porque en el cabildo mi familia no sabía que yo iba ir a La Paz, solo sabía mi padre. Obviamente mi mujer quedaron preocupados porque lo primero que piensa es lo van a matar, no?”, explicó Camacho en video, según parece, en una reunión de otros dirigentes cívicos y empresarios de Santa Cruz.
El padre del Fernando Camacho fue presidente del Comité Cívico de Santa Cruz en la primera mitad de la década de los años 80s. Posteriormente se convertiría en el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz.
A estas alturas de la redacción percibo que Luis Fernando Camacho, en su interés de ser candidato presidencial en las eleciones 2020, intenta atribuirse el crédito total y absoluto de la renuncia de Evo Morales Ayma. No puedo imaginarme a un solitario Fernando Camacho, marchando en las principales ciudades de Bolivia pidiendo la renuncia de Morales, o en vigilia en alguna esquina de las miles de calles donde fueron instaladas las famosas «pititas».
En honor a la verdad nadie a visto a Luis Fernando Camacho en las calles realizando los bloqueos. Nadie vio a Luis Fernando Camacho en los violentos enfrentamientos con los policías o las hordas del MAS, que se han registrado por varios días en los alrededores de Plaza Murillo. Pregunto ¿alguien vio a Fernando Camacho en las marchas o los enfrentamientos registrados en esos días en la ciudad de Cochabamba.
Lo que si todos recordamos de Fernando Camacho es, en sus discursos en los cabildos de Santa Cruz, realizando discurso en su hotel en la zona Sur de La Paz, en medio de la gran seguridad que lo rodeaba… nada más.
En los meses de octubre y noviembre pasados, Bolivia sufrió una gran convulsión social en casi los nueve departamentos. Colectivos ciudadanos, hombres y mujeres, pero sobre todo jóvenes millennials salieron de sus computadoras a las calles para protagonizar marchas y bloqueos.
El Concejo Nacional de Defensa de La Democracia, Comunidad Ciudadana, los universitarios, los comités cívicos, algunas organizaciones de mineros de Potosí y la población en general en la ciudades protagonizaron las movilizaciones y los enfrentamientos con la policía boliviana, para aumentar la tensión social.
El supuesto fraude electoral que beneficiaba al entonces presidente Evo Morales, que se aprestaba a un cuarto mandato inconstitucional acrecentó la molestia de la población en todo el país. La crisis social alcanzaría los niveles más altos de la indignación social, cuando la Organización de Estados Americanos haría público su informe preliminar de auditoria, encargado por Evo Morales.
En la madrugada del 10 de noviembre la OEA confirmaba graves irregularidades, adulteración de actas electorales, la violación de la base de datos del cómputo electoral, liquidaron la aspiración de Evo Morales, que no le quedó otra que renunciar al cargo de Presidente de Bolivia.
La movilización de miles de ciudadanos bolivianos había logrado deponer del cargo a Evo Morales, que había permanecido en el gobierno por 14 años consecutivos, situación prohibida por el artículo 168 de la la Constitución Política del Estado.