El martes Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera inspeccionaron su nuevo Palacio que costó 240 millones de bolivianos al que le dieron el nombre de la «Casa Grande del Pueblo».
El nuevo edificio de Evo, tiene 28 pisos más un helipuerto, gimnasio y sauna, entre otros lujos, se levanta con una superficie construida de casi 31.800 metros cuadrados donde antes estuvo una casa patrimonial y tendrá motivos andinos tiahuanacotas, una cultura prehispánica.
La construcción fue avalada por una ley promulgada en 2012 que declaró la obra una «prioridad nacional» y se saltó la competencia de la Alcaldía de La Paz para coordinar y aprobar el proyecto.
En la inspección el presidente Morales consideró como una buena obra a la infraestructura. “Excelente trabajo, felicidades”, dijo Morales delante de los obreros que ejecutaron la obra.
En el interior del Palacio se observó que el hall está con las paredes blancas, y que los obreros se aprestaban a continuar su trabajo para terminar los detalles.
La construcción de la Casa del Pueblo es criticada por los opositores y la población en general, quienes observan sus lujos y sostienen que esos recursos servirían mejor si se destinaran a mejorar hospitales. Actualmente el Hospital de Clínicas, ubicado a dos kilómetros de Palacio de gobierno aproximadamente, está en emergencia por riesgo de suspensión de su servicios por falta de insumos que corresponde al gobierno desembolsar los recursos económicos
Por su lado, el Gobierno desoyendo las críticas, intenta justificar la construcción de este lujoso edificio que costó al menos 240 millones de bolivianos, con el argumento de que es una obra que quedará para el Estado y pertenece a todos los ciudadanos.
