El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, manifestó ante el portal digital de Rusia, Sputnik, que «Bolivia se va a convertir en un gran campo de batalla, un Vietnam moderno”.

La aseveración fue vertida en alusión a una posible confrontación entre los autoconvocados vecinos, cívicos y profesionales en contra del “fraude electoral”, y las “organizaciones sociales” afines al Gobierno de Evo Morales Ayma.

El exmilitar y ahora aliado de Morales, esgrimió esos argumentos para sustentar un supuesto “golpe de Estado” orquestado por la población masivamente movilizada en las calles por su disconformidad con el trabajo el Tribunal Supremo Electoral (TSE), a quien han acusado de ejecutar un fraude electoral para beneficiar a Evo Morales Ayma.

El mandatario se repostuló a su cuarto mandato presidencial consecutiva, sin respetar el resultado adverso del referendo vinculante del año 2016 y al artículo 168 de la Constitución Política de Estado, aprobada por su Gobierno, el mismo que limita los mandatos presidenciales a dos, de forma continua.

«Lo que estamos viendo es la ruta del golpe que se está desencadenando de manera intensa y a distintas velocidades en todo el territorio nacional», declaró Quintana, en referencia las grandes movilizaciones sociales espontáneas que cada día se registra en el país.

«El fraude es una coartada que fue instalada hace bastante tiempo en los medios de comunicación, las redes, a través de los opinadores contratados, organizaciones no gubernamentales con financiamiento extranjero, la Iglesia católica alineada con la derecha», señaló el funcionario de Gobierno.

A su juicio, la matriz de fraude fue «un montaje intensivo que se logró irradiar en la sociedad antes del evento electoral». Se trató de una serie de pasos diseñados y desencadenados según cada momento.

«Han pasado a una fase golpista pretextando el fraude, pidiendo que se vaya a una segunda vuelta, luego que se anulen las elecciones, desconociendo la victoria del presidente, diciendo elecciones nuevas, y seguramente van a seguir en la secuencia con el desconocimiento del Gobierno del presidente Evo», afirma el ministro.

El exmilitar cree que todas esta aparatosa movilización constatada en varios departamentos de Bolivia es dirigida y financiadas por la administración del Gobierno de Donald Trump, de Estados Unidos.

«No cabe la menor duda que es un golpe financiado por los Estados Unidos (EEUU), han aprendido a mover muy bien sus fichas, especialmente para sostener toda una narrativa contra el Gobierno, articular a los actores con mucho financiamiento, desplazarse territorialmente y tener como contraparte todo un polo mediático desde el exterior vehiculizado por la Organización de Estados Americanos (OEA)», manifestó Quintana.

Las multitudinarias movilizaciones espontáneas ocurridas en Bolivia, se han suscitado un día después de que el Órgano Electoral suspendió, sin explicación alguna, la publicación del conteo rápido conocido como sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que perfilaba una segunda vuelta electoral entre Evo Morales y Carlos Mesa.

La determinación del Tribunal Electoral de restituir el TREP, 24 horas después de la primera publicación, pero con los resultados alterados, que eliminaban la posibilidad de un balotaje detonaría el descontento social en varios departamentos que no dudaron en salir a las calles para protestar y quemar varios edificios Electorales.

Tras esa primera actuación irregular de los miembros del Órgano Electoral, se sumarían diferentes eventos que intentarían sustentar la veracidad de un “fraude electoral” que beneficia al ya tres veces presidente consecutivo, Evo Morales Ayma.

La movilización social han crecido tanto que hoy, a 12 días de las elecciones, los comités cívicos exigen la renuncia al cargo de Evo Morales, tras haberse suscitado la muerte de dos personas en el municipio de Montero, en el departamento de Santa Cruz.