Foto de la Aduana Nacional

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Presidenta de la Aduana Nacional de Bolivia, Marlene Ardaya afirma que no devolverán a los dueños el avión jet Gulfstream GIII con matrícula N557JK, supuestamente propiedad de la empresa estadounidense Global Exec Aviation.

¿Van a devolver esa aeronave señora Marlene Ardaya? le pregunta, Casimira Lema, a lo que la Presidenta de la Aduana responde, “por su puesto que no, queda claro para nosotros hay una primera fase, lo ha explicado el Director de la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil)”.

Esta afirmación de Ardaya contradice la versión del Ministro de Obras Públicas, Miltón Claros, que este martes manifestó que los dueños podrían recuperar la aeronave lujosa.

«Si los dueños o propietarios de este avión tienen la buena voluntad y la buena fe de resolver este tema, claro que hay que pagar las multas, sanciones porque eso amerita la reglamentación», afirmo Claros en un contacto con los periodistas.

“Un bien que es internado por más de 30 días se transforma en contrabando”

Por su lado, Ardaya continúa exponiendo su versión sobre el plazo de permanencia temporal de 30 días de la aeronave en territorio nacional, supuestamente explicado por el director de la DGAC, Celier Aparicio.

“Él (Celier Aparicio) dice que el periodo en que ingresa (la aeronave), ingresa legalmente, pero su permanencia tal como lo establece la normativa es de 30 días, pasado los 30 días viene otra personas que no es el representante legal y luego se pierde”, argumenta Ardaya como motivo para la incautación.

La funcionaria del Gobierno continua con su explicación.

“El director de la DGAC comunica a la Aduana, como corresponde en el poder Ejecutivo decir: ‘¿sí yo no tengo la información clara será que la Aduana tiene algún documento que diga aquello?’. Nosotros nos ratificamos y decimos que no existe”, comento la Presidenta de la Aduana.

Ella afirma que la Ley General de Aduanas, que data de 1999, sustenta la incautación de la aeronave lujosa.

“Sino esto viene de la Ley de Aduanas, lo mismo sucede con automóviles o lo que sucede incluso en la Expo Santa Cruz. Cuando ingresa alguien le decimos una internación temporal. Le dice a la Aduana, ‘señores voy a tener una internación temporal y voy a poner mi boleta de garantía para sacar nuevamente en un tiempo perentorio’; aspecto que nunca sucedió”, manifiesta Ardaya en referencia al Jet, supuestamente abandonado en el aeropuerto de Viru Viru.

Para la Aduana boliviana, la aeronave ya estaba en condiciones de contrabando tras haber transcurrido los primeros 30 días a su aterrizaje a territorio boliviano.

“Permíteme aclararte, esto corresponde ya que, la aeronave ya estaba en el país de contrabando, lo dijo el Ministro, la Presidencia lo ratificamos y lo que corresponde es pásalo al Ministerio de la Presidencia. Luego el Ministerio de la Presidencia decidirá cuál es el mejor destino, esa son las fases”, dijo Marlene Ardaya.

Lo cierto es que, según indagación periodisticas, la aerolínea de servicios charter Global Exec Aviation, con base en Long Beach, California, y el Bank of Utah con sede en Ogden, compartían legalmente la propiedad fiduciaria del jet Gulfstream GIII-N557JK que apareció misteriosamente abandonado en el aeropuerto de Santa Cruz.

El propietario fiduciante es el piloto californiano de orígen mexicano Ramón C. Manríquez, gerente general de Global Exec Aviation, y los propietarios fiduciarios son los banqueros mormones Branden Hansen y Scott Parkinson, principales accionistas del Bank of Utah, según fuentes aeronáuticas y periodísticas de Estados Unidos que fueron consultadas por Sol de Pando.

Dichas fuentes asumen que, “en el mejor de los casos”, la inexplicable aparición de aquella nave en territorio boliviano podría obedecer a una transacción efectuada con un tercero, un supuesto comprador boliviano, en el marco del fideicomiso. La otra posibilidad sería que su dueño operativo, el piloto Ramón Manríquez —encargado de tripular la nave desde el año 2009 junto con su copiloto Daniel Rosenbaum— habría decidido incursionar en una actividad ilícita dentro el territorio boliviano, viéndose obligado a abandonar la nave por alguna sombría razón.

Sin embargo los observadores norteamericanos apuntan más hacia la venta del avión en favor de un presunto cliente radicado en Bolivia, de común acuerdo con el empresario aeronáutico fiduciario y los banqueros fiduciantes; aunque las autoridades bolivianas no dan pista ni en ese ni en otro sentido.

Según se señala que el Jet blanco con líneas verde arribó a territorio boliviano en el mes de abril del 2017 procedente de Cozumel, México, según su plan de vuelos, y la autorización de la DGAC emitida para su ingreso al aeropuerto de Viru Viru. La aeronave debió haber sido retornado dos días después de su arribo. Desde entonces, la aeronave había acumulando una deuda importante por concepto de alquiler de hangar y del cual Bs. 33.000 fueron pagados mediante intermediarios, persistiendo un saldo por ese concepto.

El Gulfstream GIII con matrícula N557JK estaba registrado en la empresa estadounidense Global Exec Aviation y la tripulación la integraban Ramiro Castillo y José Luis Cervantes, según el mismo documento.

Si bien el Bank of Utah, como fiduciante, se encarga de la administración contractual del avión abandonado en Bolivia, el dueño fiduciario, Ramón Manríquez, se encargaba de su operación piloteando la nave que formaba parte de una flota de naves charter perteneciente a la companía Global Exec Aviation.

Esa empresa que opera brindando servicios de taxi aéreo y aviones ambulancia, exhibía en su oferta, además del Gulfstream III, vuelos a bordo de dos Gulfstream IV y un Hawker 800A.